En 2023 surgió la organización estudiantil “Oing“, impulsada por una académica y estudiantes de Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (FAVET) de la Universidad de Chile. Pioneros en la porcinoterapia para niños en el mundo, hoy su trabajo se ha expandido desde las escuelas del sector, a los Cesfam de la comuna de La Pintana.

Hace dos años, un grupo de estudiantes de medicina veterinaria de la Universidad de Chile tomó bajo su cuidado un grupo de lechones incautados en una redada de drogas. Allí eran utilizados para enmascarar los olores de estupefacientes. Los llevaron a las instalaciones de Mundo Granja, dentro de la facultad. Con los días, descubrieron los efectos en la salud mental positivos que el cuidado de estos animales generaba en ellos. Así dieron origen a una práctica única en el mundo: la porcinoterapia.
La académica, Daniela Luna, observó estas mejoras en sus alumnos después de su interacción con estos animales, y fundó, junto a ellos, la ONG “Oing”. En menos de dos años, han logrado expandir esta forma de terapia acompañada de animales. Han incursionado en Cesfam de la comuna de La Pintana, hospitales y colegios de Puente Alto, hasta a la granja interactiva de Pueblito de las Vizcachas.
“El proyecto de porcinoterapia también se abrió, no solamente para los estudiantes de acá, sino también para los niños, niñas y adolescentes que concurren al CESFAM en busca de ciertas terapias para poder mejorar o promover una mejor salud”, indica Luna.
Trabajan principalmente con niños, niñas y adolescentes de las comunas aledañas que sufren de trastornos de ansiedad, depresión o TCA. En ellos registraron avances en la autoestima y estados de ánimos positivos al final de las sesiones. Daniela Moreno, ex presidenta de la ONG recuerda el rápido impacto que tuvo en un pequeño de cinco años al que, dice, le costaba socializar con los demás niños:
Para los estudiantes, la porcinoterapia se ha colado de forma positiva en sus vidas. La carga académica (Burnout) y la exposición prolongada al sufrimiento animal generan en ellos niveles de estrés y depresión que alertan a los expertos. Los estudios demuestran que la tasa de suicidio en esta profesión es 3 a 4 veces más alta que la tasa de la población general. Por otro lado, el 17% de médicos veterinarios han tenido pensamientos suicida.
Daniela Luna indica que los cerdos son idóneos para este tipo de terapias asistidas con animales, tanto para niños como para los mismos estudiantes. “Son animales extremadamente inteligentes, están superdotados de habilidades bastante complejas.”
¿Cómo se ha expandido la porcinoterapia?
Actualmente “Oing” ha logrado trasladar la porcinoterapia a sectores aledaños, beneficiando a más niños, niñas y adolescentes. En marzo de este año, Ignacia Vera, veterinaria en Pueblito de las Vizcachas, se sumó a la iniciativa como plan para difundir esta terapia. Esto abrió las posibilidades, y hoy todos los animales del parque son utilizados para este tipo de terapia.
Otras medidas se han comenzado a gestionar: hace unos meses, este proyecto se llevó hasta el hospital Padre Hurtado. Todas las sesiones son completamente gratis. Tras esta experiencia el equipó registró excelentes resultados en sus pacientes.
Naomí Reyes, actual presidenta de Oing, menciona que están trabajando para expandir la terapia a todo el estudiantado de medicina veterinaria, como una forma de mitigar los índices de ansiedad y estrés. Sin embargo, aclara que no pretenden llevarla a otras comunas del país. Según explica, la decisión responde tanto a la falta de conocimiento sobre el tema como al énfasis en el trabajo social que realizan en La Pintana: