
A casi 20 años de su creación, el Crédito con Aval del Estado enfrenta cuestionamientos por la ausencia de registros contables confiables de los pagos a la banca. Juan Pablo Rojas, fundador del movimiento Deuda Educativa y director de Defiéndete, presentó una carta formal solicitando la condonación total de las deudas mientras el Gobierno promueve el Fondo de Educación Superior (FES) como reemplazo del sistema crediticio.
A casi dos décadas de la creación del Crédito con Aval del Estado (CAE), el debate sobre su condonación entró en una nueva fase. Mientras el gobierno del presidente Gabriel Boric impulsa la creación del Fondo de Educación Superior (FES) como reemplazo del sistema crediticio, el dirigente Juan Pablo Rojas, fundador del movimiento Deuda Educativa y representante legal de la consultora Defiéndete, reveló mediante una solicitud a la Contraloría General de la República que durante veinte años no existió un registro contable fidedigno de los millonarios pagos realizados a la banca con recursos fiscales.
El dirigente Juan Pablo Rojas, fundador del movimiento Deuda Educativa y representante legal de la consultora Defiéndete, presentó el 27 de agosto una solicitud formal (adjunta en la carpeta de Drive) a la Contraloría para que se condonen todas las deudas del CAE, argumentando que sin registros contables válidos no hay sustento legal para continuar con las cobranzas.

“Durante veinte años no existió un registro contable fidedigno de los millonarios pagos realizados a la banca con recursos fiscales. El Estado ha cobrado deudas que no pueden ser verificadas porque simplemente no existen los documentos que respalden los movimientos financieros.” Aseguró Juan Pablo Rojas.
El dirigente acusa un vacío estructural en la gestión estatal: “Aquí estamos frente a una situación calamitosa. No hay control desde que el Congreso aprueba los fondos hasta que el Ministerio de Educación los ejecuta. No hay trazabilidad, no hay transparencia y eso es inaceptable”.
En su presentación, además, solicita un juicio de cuentas contra el subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana; el ministro de Educación; y el ministro de Hacienda. “Aquí no se trata de un error administrativo: se vulneraron principios básicos de integridad y unicidad del registro contable. Y cuando se rompe la contabilidad pública, se rompe la base para poder cobrar la deuda”, remarca.
Del CAE al FES
El gobierno apuesta a reemplazar el Crédito con Aval del Estado (CAE) con el nuevo sistema de financiamiento público para la educación superior, el Fondo de Educación Superior (FES), este proyecto ingresado en 2024 tras la promesa de campaña de Boric de condonar la deuda estudiantil, fue aprobado por la Cámara de Diputados el miércoles 20 de agosto de 2025. La votación se realizó en una sesión marcada por interrupciones debido a la falta de quorum en la Sala, y el resultado fue de 80 votos a favor, 51 en contra y 6 abstenciones.
Con esta aprobación, el proyecto avanza a su tramitación en el Senado, donde se espera continuar el debate y perfeccionamiento de la iniciativa.
Juan Pablo Rojas es escéptico respecto del nuevo instrumento: “El FES es una buena intención disfrazada. El CAE también nació con buenas intenciones, pero terminó empobreciendo al país. Si no se esclarece primero qué pasó con los miles de millones pagados a los bancos, no puede haber un nuevo sistema”.
Perspectiva experta sobre el FES
El nuevo sistema tiene dos pilares: la reestructuración de la deuda existente y un mecanismo de financiamiento futuro.
Según explica Mauricio Salgado, investigador del Centro de Estudios Públicos (CEP), el primer pilar representa un avance al establecer beneficios diferenciados: “Quienes están al día y en situación vulnerable reciben más apoyo, mientras que los titulados morosos que ya se benefician del mercado laboral, reciben menos. Es más sostenible fiscalmente y éticamente más justo que la condonación total”, afirmó.
Sin embargo, Salgado advierte que el nuevo instrumento de financiamiento trae problemas mayores. El FES fija un número limitado de 80 mil beneficiarios anuales, lo que podría dejar a miles de estudiantes fuera. Además, establece un esquema de pago de hasta 20 años sobre todos los ingresos del egresado, incluyendo activos heredados.
“Los profesionales con carreras más rentables se transforman en ‘supercontribuyentes’, pudiendo pagar hasta 3,5 veces el valor de su carrera. La tasa de interés implícita alcanza un 16%, mucho más que el 2% del CAE”, alerta el investigador.

Finalmente, Félix Pablo Cifuentes, cientista político, señala que será difícil para la gente acostumbrarse a un nuevo sistema de financiamiento, puesto que el CAE lleva muchos años instaurado. En este momento hay incertidumbre sobre cómo funcionará el FES y cómo se sostendrá en el tiempo, ya que estará sujeto a las fluctuaciones del Estado.