La disputa con la dirigencia comunista tensiona la candidatura presidencial de la exministra del Trabajo. Con un oficialismo dividido y un PC enredado en pugnas internas, el desafío de Jara pasa ahora por recuperar credibilidad y sostener su opción en un escenario electoral cada vez más adverso.

La candidata presidencial del oficialismo, Jeannette Jara, atraviesa uno de los momentos más complejos de su campaña tras el quiebre con el presidente del Partido Comunista (PC), Lautaro Carmona. Lo que comenzó como una diferencia de criterios sobre la estrategia electoral se transformó en un conflicto público que expuso una división interna dentro del PC y dejó a la exministra del Trabajo en una desafortunada posición en plena carrera presidencial.
El conflicto comenzó luego de la renuncia del exministro de Hacienda, Mario Marcel, quien fue cuestionado por Lautaro Carmona asegurando que su gestión priorizó una “necesidad fiscal”, por encima de las demandas sociales como salud y educación. Además, puso en duda las razones de su salida, sugiriendo que no fue una decisión voluntaria.
“Siempre topamos en los recursos, en los recursos. Se hizo casi un Dios el recurso por sobre la necesidad social”, afirmó Carmona en una radio ligada al PC.
Las reacciones dentro del comando
Las reacciones dentro del comando de Jeannette Jara no tardaron en llegar, ya que tanto su vocero de campaña, Ricardo Lagos Weber (PPD), como la integrante del comité estratégico, Bárbara Figueroa (PC) iniciaron una pugna que desencadenó una distancia por parte de la candidata oficialista quien en Punta Arenas dijo “yo no soy la mamá de ninguno de los dirigentes de los partidos” refiriéndose a Lagos, Figueroa y Carmona. Finalizó su discurso con un llamado de atención a quienes apoyan su candidatura pidiendo que “se concentren en la campaña”, en el marco de su gira por Chile. Su comando en Santiago, ubicado en la calle Londres 76, no dio declaraciones al respecto.
Este conflicto, como explica el cientista político, Fernando Wilson, quien evidencia un desalineamiento profundo entre la candidatura de Jara y la visión conservadora del PC liderada por Carmona. Según su análisis, la candidatura presidencial ya no es una prioridad para el partido y se subordina a la defensa de la votación parlamentaria tradicional del PC. Esto genera un escenario de fractura permanente, donde la falta de apoyo de su partido de origen no solo complica la campaña presidencial de Jara, sino que también puede tener consecuencias a largo plazo dentro del PC si la candidata no resulta electa.
Los otros conflictos de Jara
Esta situación se suma a las previas adversidades que ha tenido que enfrentar la candidata del oficialismo debido a múltiples imprecisiones entre sus dichos y su programa de gobierno. Durante su carrera presidencial ha sido emplazada por diferentes propuestas que se encontraban en el programa de gobierno de las primarias, donde destacaban la nacionalización del cobre y el aborto libre, sin embargo la candidata afirmó que estos puntos no se encontraban dentro del programa, lo que fue desmentido. Por último, Jara aseguró que no había apoyado la propuesta de un tercer retiro de las pensiones en 2021 –año donde disputaba la alcaldía de Conchalí–, pero rápidamente comenzaron a circular publicaciones y entrevistas donde apoyaba la moción del nuevo retiro, desmintiendo sus dichos una vez más.
Actualmente, cuenta con un nuevo programa de gobierno, con seis ejes temáticos que se concentran en: economía, seguridad, salud, vivienda y educación, con un total de 62 páginas.