La globalización y evolución de las tecnologías han propiciado que emerjan nuevas formas de operar en el mundo digital. Ante el microtráfico de drogas y productos ilegales en redes, Daniela Olivares, investigadora en el Centro de Estudios en Derecho, Tecnología y Sociedad de la Universidad de Chile, destaca que pese a que surjan nuevas legislaciones para enfrentar este fenómeno, “su regulación es difícil”.
Por María Jesús Caro Sandoval.
La expansión de la tecnología y el avance de las plataformas digitales han dado lugar a innovadores modos de interactuar y operar en el entorno digital, impactando de múltiples formas a personas de todo el mundo. Según un Boletín informativo sobre la venta en línea de sustancias ilícitas en las Américas de la OEA y la comisión interamericana para el control del abuso de drogas (CICAD), las sustancias ilícitas se venden en línea a través de aplicaciones como Facebook, Instagram, Marketplace, WhatsApp, sitios de Internet de la web superficial y sitios de la web oscura.
Los tres primeros métodos se encuentran en la web superficial y son populares entre los jóvenes debido a su accesibilidad y a la falta de conocimientos técnicos necesarios para navegar por la web oscura.
Las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea ofrecen comodidad a los usuarios para ponerse en contacto con los vendedores y acordar los métodos de entrega.
Estas plataformas digitales ofrecen una sensación de seguridad y anonimato, lo que conduce a un aumento gradual de su uso para adquirir sustancias ilícitas.
A su vez, este boletín destaca que el anonimato desempeña un papel crucial en las transacciones en línea y las entregas se realizan a través de sistemas postales, repartidores o en espacios públicos una vez realizado el pago.
El rol de las redes sociales en la normalización del consumo de drogas
La mayoría de las ventas en los mercados de criptomonedas se realizan en cantidades para uso personal, aunque existen algunas políticas de descuento para envíos mayores. Sin embargo, es principalmente el microtráfico o el tráfico de drogas lo que domina las ventas de sustancias ilícitas en línea, con una participación limitada de las grandes organizaciones delictivas.
Asimismo, en su informe anual correspondiente a 2021, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), un ente independiente respaldado por la ONU, explica que esas plataformas ensalzan comportamientos negativos relacionados con el uso de narcóticos controlados al ofrecer una imagen atractiva y glamourosa de quienes tienen esas conductas.
Además, los medios sociales ofrecen a los consumidores la oportunidad de comprar en muchas plataformas cannabis, analgésicos sujetos a prescripción médica y otras sustancias fiscalizadas, y permiten que los delincuentes exploten muchas herramientas, como las monedas digitales, los pagos móviles y los servicios de monedero electrónico, que facilitan y agilizan la transferencia internacional de dinero y les permiten ocultar el origen de los fondos ilegales y maximizar las ganancias.
Entre la pantalla y la ley en el mundo del microtráfico digital
Daniela Olivares, investigadora del Centro de Estudios de derecho informático, tecnología y sociedad de la Facultad de derecho de la Universidad de Chile, destaca que hoy en día ya tenemos leyes que prohiben la venta de ciertos productos y que limitan el como se deben vender, como por ejemplo medicamentos.
Sin embargo el problema regulatorio “es un problema práctico porque en el fondo la norma ya nos dice que en Chile están prohibidas las drogas, pero eso no genera como acción inmediata el que no se vendan drogas en el país”.
Además, la investigadora señala que la protección constitucional sobre las comunicaciones complica la persecución de delitos cometidos, por ejemplo, en aplicaciones de mensajería.
Dado que estas comunicaciones son privadas, para acceder a ellas se necesita una orden judicial. Y para obtener esta orden, es necesario presentar fundamentos sólidos que justifiquen “suspender” temporalmente esta garantía constitucional.
Según la cuenta pública 2024 de la Policía de Investigaciones (PDI), año a año ha aumentado la cantidad de incautación de drogas, siendo así, que en 2023 se confiscaron 30 toneladas de narcóticos que se traducen en 269.768.663 dosis, un aumento considerable en comparación a los resultados arrojados en la cuenta pública del año anterior, donde la incautación se tradujo en 194.645.887 dosis.
Rodrigo Díaz, experto en ciberseguridad destaca que la Jefatura Nacional de Cibercrimen de la PDI (Jenaciber) es quien hoy en día monitorea la venta ilegal en redes sociales, siendo un ente fiscalizador con un rol más protagónico que la misma plataforma digital.
Con respecto a las medidas que las plataformas pueden tomar, el experto señala que la inteligencia artificial y los algoritmos de correlación de eventos juegan un rol determinante en el futuro del control de las redes y la venta ilícita.
La logística detrás del comercio ilegal en línea
Entre las plataformas conocidas popularmente por la venta de drogas, tales como el cannabis, se encuentra Grindr, una aplicación similar a Tinder para tener citas. Sin embargo, entre los usuarios, es utilizada para la compra y venta de drogas. Mayte Marcelain, estudiante de fonoaudiología de la Universidad Mayor, señala que “no es una plataforma donde estés 100% segura de lo que estás comprando”.
Asimismo, existen casos de venta de productos robados en Marketplace. Francisco Vera, supervisor de obras, destaca que sufrió un robo en donde todas las herramientas del proyecto en que estaba trabajando fueron sustraídas. Destaca que mientras miraba en internet nuevos utensilios para reemplazar los robados encontró sus herramientas en venta dentro de la plataforma.
Según Olivares, en situaciones como estas, el consumidor es responsable cuando realiza compras con precios sospechosos o características ilícitas; por lo tanto, puede ser sancionado por la ley.
Si quieres saber más aquí hay un video explicativo:
Link con documentos: https://drive.google.com/drive/folders/1KTyHsYA73EECxSUj2NRysyGsWC__oe8w?usp=share_link