En las últimas semanas, la Biblioteca Nacional,  un emblema de nuestra historia y cultura, enfrenta crecientes críticas por sus horarios acotados. Según diversas cartas al director, esto limita el acceso de la ciudadanía a sus servicios a comparación con otras bibliotecas latinoamericanas. Ante esto, funcionarios del recinto entregan su versión y futuras medidas.

Por María Jesús Caro. 

El sábado siete de septiembre se oficializó el cambio de hora, lo que para muchos chilenos significa tener la posibilidad de regresar a sus casas a la luz del sol y, a su vez, poder realizar actividades. Esto, sumado a múltiples argumentos de la ciudadanía, ha motivado a diversos usuarios a enviar cartas al director en El Mercurio, señalando su molestía por el cierre temprano de la Biblioteca Nacional.

Mariana Leal, una usuaria, redactó una carta señalando que el horario del recinto “en días laborales es más acotado que el de cualquier comercio u oficina. Las palabras por cuanto nos importa la cultura y mejor convivencia urbana son vistosas cuando se asocian a grandes iniciativas, pero en la práctica muy triste si no están disponibles para acompañar el presupuesto de los más elemental de nuestra institucionalidad histórica”. 

La Biblioteca Nacional es una de las primeras instituciones republicanas del país y en la actualidad diversas personas disfrutan lo que ofrece y muchos usuarios de redes sociales día a día comparten sus experiencias. Por ejemplo, en el Día de los Patrimonios, el lugar se llenó de diversos visitantes. 

Pese a esto, otra de las cartas al director publicadas por El Mercurio, escrita por Jonathan Orrego Troncoso, plantea lo siguiente: ¿Qué trabajador chileno puede visitar la Biblioteca Nacional? Es un símbolo de todos para que sea sólo para algunos”.

Asimismo agrega que “si se le suma los paros y cierre repentinos, uno duda de cuán comprometidos estamos con la cultura y el fomento de la lectura, más aún si el Presidente se declara un ferviente lector”

Respuesta oficial: Los desafíos para extender los horarios de la Biblioteca Nacional

Desde la Biblioteca Nacional, María Paz Moya, Coordinadora de Comunicaciones y Patrimonio, señala que “se está trabajando para ampliar y mejorar los servicios de la Biblioteca Nacional dado que comprendemos la importancia de ella”. 

Sin embargo, trabajadores del recinto destacan que la razón se basa principalmente en el presupuesto y la criminalidad que experimenta el sector donde se ubica la biblioteca en Av. Libertador Bernardo O’Higgins.

Con relación a los horarios de otras bibliotecas en Latinoamérica, Moya señala que se está trabajando para poder brindar nuevos horarios. 

A diferencia de Chile, por ejemplo en Argentina, su biblioteca nacional abre a las 9:00 horas y cierra a las 21:00 horas y los fines de semana sigue abierta y en Perú, parte a las 8:30 horas y cierra a las 20.00 horas. 

Francisca Flores, estudiante de Biología Marina en la Universidad de Valparaíso, señala que muchas veces termina sus clases a las 17:00 o 17:30, lo que le impide acceder al material que necesita en la biblioteca cuando viene a Santiago. Esto le dificulta avanzar en sus estudios, ya que “muchas tesis e informes solo pueden consultarse de manera presencial”.

Felipe Reyes, autor de “Nacimiento: el Editor de los chilenos”, narra que hubo una época en la que la Biblioteca Nacional tenía un turno nocturno en el salón Vivaceta.

Ante esto, la creciente frustración de los usuarios, como Francisca Flores y otros ciudadanos, resalta la importancia de que la Biblioteca Nacional extienda sus horarios para estar al nivel de otras bibliotecas en Latinoamérica, como las de Argentina y Perú, que permiten un acceso más amplio y flexible.

Aunque la institución asegura que está trabajando en mejorar sus servicios, la limitación de recursos y problemas de seguridad en el sector complican esta tarea. 

Aun así, la demanda por un acceso más equitativo y prolongado sigue siendo una preocupación central para quienes dependen de sus servicios, especialmente estudiantes y trabajadores, quienes hasta la fecha, siguen reclamando esto en redes sociales y cartas al director.

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